No me importa si tu voz recorre de una punta a otra del bar o del país, me importa lo que dices.

jueves, 24 de febrero de 2011

No condenar es ser cómplice

Artículo para Llums de la Ciutat.



Durante los últimos meses del mandato de Adolfo Suárez como Presidente del Gobierno de España todo el país conspira contra este o Suárez siente que conspira contra él. Los medios de comunicación, la oposición política, la iglesia, su propio partido y por supuesto, el ejército español. Esta conspiración producida por la situación del país junto a un conflicto de intereses acaba conformando la placenta del golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Los antecedentes, posibles causas y el entramado del golpe se encuentran excelentemente recogidos en el libro Anatomía de un instante, de Javier Cercas.


Un partido tremendamente joven por aquel entonces, el PSOE, trata de ocupar el lugar de Adolfo Suárez utilizando todos los sistemas políticamente correctos pero, ¿la cosa se queda en el simple juego político? "Sin duda con esa idea en la cabeza, en el otoño los socialistas hacen averiguaciones sobre el estado de ánimo del ejército y sobre los murmullos de golpe militar, y a mediados de octubre, tras una reunión interna en la que Felipe González se pregunta si no están ya encendidas todas las luces de alerta de la democracia y en la que se discute la eventualidad de que el partido entre en un gobierno de coalición, varios dirigentes del PSOE se reúnen con el general Sabino Fernández Campo, secretario del Rey, y con el general Alfonso Armada, su predecesor en el cargo, que suena con insistencia desde hace meses como posibles presidente de un gobierno de unidad" . Eran otros tiempos, otra época, unos dirigentes del PSOE tremendamente jóvenes y una democracia tan insegura como la niñez. Estos atenuantes no nos pueden hacer olvidar que toda reunión con el ejército en la que cualquier partido político no muestre su rechazo inmediato a un posible gobierno de concentración liderado por un militar es un atentado contra la constitución y los valores democráticos. El número tres socialista de la época, Enrique Múgica, acude a la reunión con Armada. "Múgica y Armada parecen congeniar personalmente; políticamente también, al menos en el punto decisivo: ambos convienen en que la situación del país es catastrófica (...) ambos convienen en que el único responsable de la catástrofe es Suárez y en que la salida de Suárez del poder es la única solución posible al desaguisado, aunque según Armada la solución no sería completa si acto seguido no se formara un gobierno de concentración o unidad con participación de los principales partidos políticos y presidido por un independiente, a ser posible militar. Múgica no dice que no a esta última sugerencia".


Paremos un momento en la figura de Enrique Múgica: encarcelado diversas veces en su juventud por luchar contra el franquismo, ex militante del PCE en la clandestinidad, ingresa finalmente en el PSOE, en el que fue una figura importante en la ascensión de Felipe González. Es por eso que tan rápidamente llegó a ser el número tres de los socialistas. Múgica negó ante los tribunales lo que Cercas narra en su libro. Jordi Pujol, President de la Generalitat de Catalunya por aquel entonces, asegura en la segunda parte de sus memorias que el propio Múgica se reunió con él para proponer derrocar a Suárez por un militar de talante democrático. Imaginemos por un momento que Pujol y Cercas no mienten: el número 3 del PSOE no veía con malos ojos un golpe de estado blando para recuperar la estabilidad del país y, ya de paso, que su partido alcance altas cotas de poder en el gobierno de concentración dirigido por un militar.


Si el número tres del PSOE y hombre de confianza de Felipe González estaba de acuerdo con imponer de una manera blanda, que después adoptaría una estética dura, un gobierno de coalición o concentración con un militar al frente y representación de los partidos políticos se puede afirmar que, como mínimo, los socialistas no adoptaron una postura claramente contraria al golpe de estado de 1981. No condenar es ser cómplice. No hacer nada para impedirlo reafirma esta posición. Esa fue la actitud del PSOE frente al golpe de estado. Evidentemente, afirmar que formaron parte activa o que fueron protagonistas no es más que una conjetura malintenionada o una interpretación poco realista de los hechos. Lo que sí se puede llegar a afirmar es que el grupo, como casi todos los partidos en aquel entonces, estaba al corriente de la solución que se gestaba por el pequeño Madrid del poder y que, además, no se mostró claramente en contra. Ahora, podemos poner en antecedente todos los atenuantes que se quieran poner: la situación nefasta del país, la juventud e inseguridad de la democracia de la época, la inexperiencia de los dirigentes del PSOE o quizás también, las ansias de poder de los jóvenes socialistas.

sábado, 12 de febrero de 2011

En una nube

Puede que una buena manera de explicar como me encuentro una semana después de comenzar las prácticas en Ràdio Barcelona, trabajando para Ona FM y la Cadena SER, sea diciendo que estoy en una nube.

Mi historia con los transistores es la de un niño de once años que no se podía dormir por las noches. Mis padres, ante la desesperación de no dejarles tranquilos, me dieron un pequeño transistor azul con la bolita para cambiar el dial roja “con esto te sentirás acompañado” me dijeron. A mis padres nunca les ha gustado excesivamente la radio, pero les estaré eternamente agradecido de que aquel día, o mejor dicho aquella noche, me dieran una radio y no un peluche o bien me explicaran un cuento.

Recuerdo vagamente que aquel transistor no funcionaba muy bien, no sintonizaba demasiadas emisoras y la mayoría no se recibían correctamente. Casi por instinto, encontré una frecuencia nítida en el 666 de la onda media. Casualidad o destino, era Ràdio Barcelona.

Desde entonces hasta ahora poco he variado de emisora. En 1924 María Sabater hacía historia siendo la primera locutora de nuestro país a través de la EAJ-1 Ràdio Barcelona (pueden escuchar el audio aquí). A partir de hay radio, radio, y más radio de calidad indudable. Cada seis de enero se realiza el Cap nen sense joguina, una maratón solidaria para recoger juguetes para los niños desfavorecidos. Si alguien de los que lee esto tiene dudas sobre el futuro de la radio, que se escuche un año esta obra de arte. Se dormirá pensando que la radio esta viva y que tiene una larga vida.

La mayoría de mis trabajos van a ser para Ona FM, una apuesta descarada por el deporte y el entretenimiento. La Graderia, su programa estrella, tiene una larga continuidad (antes también se emitía en exclusiva para la Cadena SER). Recuerdo las voces de Ricky Romero, Bernat Soler o José Luís Sastre. En aquella época, también colaboraban figuras consagradas como Xavier Saisó (más de treinta años haciendo deportes) o algunos que comenzaban en esto del periodismo deportivo como Sique Rodríguez o Carles Cortés, los dos presentadores de las dos ediciones de La Graderia actualmente.

Con este apunte quería explicar las múltiples razones por las que estoy en una nube. Uno de mis amigos de la infancia me escribió el otro día en Facebook esto: "me alegro mucho por ti de que estés haciendo aquello que desde pequeño me decías. Te lo mereces, amigo". No pude evitar que se me saltaran las lágrimas. Ese te lo mereces responde a todo aquello de lo que me he tenido que privar para hacer lo que he estado haciendo hasta ahora, pero eso es un cuento que otro día explicaré.

Espero disfrutarlo a tope. Bajar de la nube, y ponerme a trabajar a tope. Van a ser unos meses que recordaré para siempre.

María Sabater en la primera retransmisión en directo por Ràdio Barcelona

jueves, 10 de febrero de 2011

Amistosos de història

Escrito hecho para La Revista de Llums de la Ciutat.

Itàlia es va menjar el naranjito contra Alemanya al 1982.


L'any en què Michael Jackson va llançar Thriller i Felipe González va ser escollit President del Govern, la Copa del Món de Futbol arribà a Espanya. Es recorda el mític Naranjito al igual que el ridícul que va fer La Roja a casa seva. Per molts, el gran moment del mundial va ser el gran partit de la segona fase de grups del torneig (amb el format actual aquell match seria similar a uns quarts de final) entre Itàlia i Brasil a l'antic Sarrià, on Paolo Rossi va fer un hat-trick per derrotar per 3 a 2 a la canarinha de Zico i Sócrates que jugava com els àngels.


Però el cert és que la gran final va ser un duel entre Itàlia i Alemanya Federal. Aquell 3 a 1 amb gols de, com no, Rossi, Tardelli i Artobelli serà recordat per molts aficionats dels dos països que s'enfronten aquesta nit. Deixant de banda al killer italià, d'aquella selecció campiona recordarem a un dels millors porters de la història del futbol, Dino Zoff, qui és el tercer jugador amb més partits acumulats amb la selecció del catenaccio, on va jugar des del 1968 fins al 1983. Aquell mundial va ser el del primer pas per Bergomi (amb només 18 anys va jugar a un gran nivell) i el dels marcatges individuals de Claudio Gentile, importants en el futbol de l'època.


La final també va ser un duel de porters. Per part d'Alemanya Harald Shumacher defensava la porteria sent també l'autèntic líder d'aquell combinat. Com sempre, els alemanys van destacar tant pel seu nivell físic com mental (Stielike i Briegel eren dos gossos de caça) però el ros Rummenigge, doble campió d'Europa amb el Bayern de Munich, posava la classe que es necessitava per enllaçar amb el gol de Pierre Littbarski i Fischer.




Gol de Tardelli (Canal+)


França va superar a Brasil al 1998 marcant l'inici d'una època.


Zinedine Zidane és el nom propi de la final del Mundial de França 98. 2 gols en aquell 3-0 a Saint-Denis, estadi on juguen avui també. Aquella França, però, tenia el seu potencial en el joc defensiu. Thuram i Lizarazu als laterals i Desailly al centre de la defensa es compenetraven a la perfecció amb el doble pivot preparat per la destrucció del joc de l'equip contrari format per Didier Deschamps i Emmanuel Petit.


Per part de Brasil, tot i que Dunga i Sampaio també formaven un doble pivot molt defensiu, la màgia de Ronaldo, Rivaldo, Bebeto, Cafú, Roberto Carlos o Leonardo s'imposaven. Per molts, aquella final va ser més perduda per Brasil que no pas guanyada per les blues, tot i que van dominar el centre del camp en tot moment anul·lant la màgia brasilera.


Aquell mundial va marcar l'inici d'una època en el futbol no solament pel domini de França en les competicions de seleccions, sinó també per la gran exportació del seu model de joc, rocós, amb el doble pivot com a sistema per controlar els partits.