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sábado, 11 de agosto de 2012

David Cal, el héroe anónimo


“Estoy muy contento, pero la vida no cambia mucho”, estas eran las palabras de David Cal después de conseguir la medalla de plata en la prueba de C-1 mil metros de piragüismo de los JJOO de Londres. El gallego no pierde ese punto de humildad y escepticismo tan propios de su tierra pese a ser el español con más medallas en unos Juegos Olímpicos y el palista más laureado de la historia.

“Cuando ganas, llegan las palmaditas en la espalda” reconocía Cal en una entrevista a El País. Este momento siempre suele coincidir con la llegada de los JJOO, cada cuatro años. Antes y después de esta cita, David no deja de ser una persona anónima que se deja los cuernos en preparar su gran cita.

El éxito de Cal no se puede entender sin la figura de su entrenador, Suso Morlán. Sus personalidades se complementan formando un equipo casi perfecto. Mientras Cal es frío y calmado, Morlán es una persona caliente y obsesiva que llega a calcular los efectos del viento sobre el estilo de Cal con la ayuda de las nuevas tecnologías.

Cal y Morlán pasan largas temporadas fuera de casa, en la soledad de la preparación de las grandes competiciones, muy lejos de los focos a los que están acostumbrados otros deportistas. Para preparar estos JJOO viajaron a Cervo (Lugo) ya que según Morlán era el lugar en España con unas condiciones más semejantes a las que se encontrarían en Londres.

Ahora, después de convertirse en uno de los mejores deportistas que este país ha conocido, volverá al anonimato durante un tiempo. Veremos si finalmente en Río 2016 vuelven las palmaditas en la espalda o no.

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